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La litiasis vesicular o colelitiasis, es una enfermedad que se define por la presencia de piedras en la vesícula biliar. Los pacientes se preguntan ¿Por qué aparecen esas piedras?, ¿Cuál es la consecuencia de tenerlas? Para contestar esas preguntas hace falta conocer un poco sobre la vesícula biliar y el papel que desempeña como parte del tubo digestivo.
El aparato digestivo se encarga de la digestión de los todos los grupos de alimentos para poder aprovechar los nutrientes que necesitamos para mantenernos sanos, en específico para digerir los alimentos del grupo de las grasas o lípidos; el cuerpo requiere de la bilis, que es una sustancia que ayuda al organismo para poder descomponer o desintegrar las grasas, de manera que puedan absorberse. El hígado es el órgano encargado de producir la bilis, y esta es llevada al intestino para su función. Cuando no estamos ingiriendo grasas, la bilis producida por el hígado se almacena de manera momentánea en un órgano llamado vesícula biliar. Cuando ingerimos alimentos ricos en grasas, al llegar las grasas a la primera porción del intestino, el organismo identifica las grasas presentes y manda una señal para que la vesícula vierta su contenido en el intestino y la digestión de las grasas inicie.
La bilis en su estado natural es líquida como el agua. Esto es lo fisiológico o normal, sin embargo, existen varios factores que pueden ocasionar que la bilis contenida en la vesícula biliar, cambie de consistencia, y se empiece a precipitar o a formar cristales o “piedras”, llamados litos, de tal manera que la vesícula a partir de este momento, no solo va a almacenar bilis pura, sino también piedras o litos. A la condición de tener piedras en la vesícula biliar, se le conoce en medicina como Colelitiasis.
Existen muchos factores relacionados para que se dé este cambio en la composición de la bilis y se produzcan las piedras o cálculos en la vesícula biliar, entre estos se encuentran el ser mujer, herencia, factores dietéticos, el embarazo, la obesidad, enfermedades del intestino y algunas anemias. Como podemos ver, no solo existe una causa de la formación de piedras o cálculos en la vesícula, sino muchas y estas generalmente están presentes de manera simultánea. También se puede observar que algunos factores son evitables, como los relacionados a la dieta y la obesidad, y otros factores son inevitables, como la herencia.
Cuando aparecen las piedras en la vesícula biliar, estas se pueden manifestar con dolor, o el paciente puede permanecer sin síntomas que demuestren la enfermedad. Cuando una piedra o lito del interior de la vesícula se aloja en el conducto de salida de la bilis, la vesícula biliar no puede conseguir drenar la bilis y como resultado, esta se distiende, ocasionando dolor, sobre todo al ingerir grasas. Frecuentemente el dolor se localiza en el abdomen, debajo del costado derecho y se acompaña de náusea y en ocasiones de vómito, esta sintomatología es la que usualmente lleva al paciente a buscar atención médica, ya que le resulta muy molesto y no le permite llevar una vida normal.
Un médico especialista en cirugía general y gastrointestinal es el indicado para la evaluación y atención de esta enfermedad. Un interrogatorio dirigido y una exploración física adecuada orientan al diagnóstico, sin embargo, el médico debe solicitar un examen de gabinete llamado ultrasonido abdominal o ecografía, el cual tiene como objetivo evaluar el hígado, la vesícula biliar y sus conductos, en búsqueda de piedras o litos, que apoye el diagnóstico.
Si el paciente se encuentra con síntomas y el ultrasonido confirma el diagnóstico de litiasis vesicular (piedras en la vesícula) el único tratamiento curativo es la cirugía.
La cirugía consiste en la resección o extirpación de la vesícula biliar. Esta cirugía se puede realizar de manera convencional (abierta) o mediante laparoscopía. En las dos formas, el objetivo final es el mismo y lo que cambia es la manera de acceder al abdomen para llegar a la vesícula biliar.
En la manera convencional se realiza una incisión de 10 centímetros aproximadamente en el costado derecho, y de esta manera se ingresa a la cavidad abdominal hasta llegar a la vesícula biliar para realizar la extirpación. En la manera laparoscópica, la vía de acceso se realiza mediante unas incisiones pequeñas (de 10 milímetros), a través de las cuales se introduce una cámara que se conecta a una pantalla, para ver por dentro de la cavidad, y mediante unos instrumentos muy finos, de menos de 5mm de diámetro se realiza el procedimiento. Las dos vías de acceso son bastante seguras, con una tasa de complicaciones de menos del 1%. Sin embargo, la vía laparoscópica ofrece muchísimas ventajas sobre la cirugía convencional.
La cirugía laparoscópica se considera como el gold estándar, o como la mejor opción para el tratamiento de la colelitiasis o piedras en la vesícula biliar. El realizar la cirugía con esta técnica no sólo tiene un resultado más estético, en comparación con la cirugía convencional, sino que además permite al paciente cursar el periodo postoperatorio con un dolor mínimo, lo que conlleva a una recuperación más cómoda y rápida, ocasionando que el paciente pueda regresar a realizar sus actividades cotidianas muy pronto.
Este padecimiento y muchas otras enfermedades digestivas son manejadas por el Dr. Joel Dorantes González, médico especialista en Cirugía Gastrointestinal y Laparoscopía Avanzada. Si tiene algún síntoma o duda sobre si usted podría tener este padecimiento, acérquese con nosotros, para una valoración médica y realizar un diagnóstico y tratamiento oportunos.